El Restaurante María Zapata recupera la gastronomía tradicional del Campo de Cartagena en un entorno natural protegido de la zona oeste del municipio. En el Restaurante María Zapata nos marcamos el objetivo de recuperar la gastronomía tradicional del Campo de Cartagena y nos empeñamos en salvaguardar este patrimonio cultural en vías de extinción.
Nuestro establecimiento busca en la tradición oral, en las recetas familiares y cuenta con los productos del terreno cultivados y silvestres. Así, elaboramos platos que en muy pocos hogares se cocinan actualmente.
La chef diseña una carta específica por temporadas que resume toda la filosofía de nuestro proyecto: una amplia muestra de la gastronomía autóctona y de los productos de otoño-invierno, Semana Santa y primavera, y verano que se renueva en cada uno de estos espacios del calendario. También recoge platos de creación propia ligeros y dietéticos como complemento de una oferta puesta al día.
Además, nos parece imprescindible la aportación de unos buenos caldos cuando hablamos de una cocina cuidada y elaborada. Nuestra carta de vinos se ha realizado no solo con el asesoramiento de expertos sino también con el gusto propio y el conocimiento de lo que resulte adecuado a los platos que elaboramos.
En el Restaurante Maria Zapata ponemos suma atención para poder prestar un servicio impecable en sus salones. El manjar siempre en su punto de temperatura, la presencia y decoración del plato adecuada, el mínimo detalle cuidado, la limpieza, la atención en general presta a las demandas. Nuestros empleados, conocedores de la idiosincrasia e historia de los platos para satisfacer cualquier curiosidad de su origen. En la plantilla, tanto en cocina, comedores o mantenimiento, figuran profesionales con amplia experiencia en el sector.
El emplazamiento del Restaurante María Zapata ocupa un espacio privilegiado y protegido, ideal para paseos después de comer por los caminos naturales de las ramblas, con ausencia de peligro de tráfico para el esparcimiento de los niños, amplia terraza, parking propio y acceso para minusválidos. Nos encontramos pues en un lugar rodeado de las estribaciones de la Sierra del Algarrobo, ramblas de aluvión, cañaverales, almendros, oliveras, garroferos, frutales y pequeñas huertas, regadas por los abundantes veneros, en un espacio de caseríos diseminados. Un paisaje singular con vistas panorámicas al Mar Menor y La Manga, por un lado, y superando los altozanos, a las playas de La Azohía, Isla Plana y Mazarrón, por el otro.