Fue un simple bar de barrio y honesta casa de comidas. Pero el Sevilla de paladar refinado y exigente, pronto descubrió en Los Cuevas, una cocina popular y tradicional, literalmente extraordinaria e inconfundible andaluza. Antonio León Jiménez, magnífico tipo humano, señor de ruralía y caballero donde la haya, conocedor extraordinario y infalible de los productos autóctonos de la tierra.