Una cocina tradicional se basa en la "comida de la vida", hecha a base de productos naturales, en un ambiente donde la naturaleza es pura. Aboga por el producto de nicho en sus formas más auténticas y tradicionales. Para empezar con algunos principiantes que nos sorprenden por su elaboración. Entre ellos, destacan la pala coca bien a la pimienta, de su jardín, y las anchoas o con tomate y anchoas, mordiscos pericana, la típica y apetitosa gachamiga y arroz, gazpacho y tostadores. Petrerense los únicos pasteles, panecillos y vinos, toñas o tartas típicas y almendras. Acompañado, café o hierbas recogidas de la montaña que rodea Caprala y regado con vino dulce o tiros herbero. En resumen, se trata de una cocina en la que los aromas y sabores mediterráneos están muy presentes, que se caracteriza por todos los sentidos y causas en las que se tiene la suerte de disfrutar de un sentimiento de amor y afecto por las cosas bien hechas.